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La Copa de Europa

ojos mutilados (II)

 

 

No solo 24 años separan ambos trabajos de Luis Buñuel, sino que los dos conforman un recorrido involucionista sobre la representación de la mutilación en pantalla. El cuerpo femenino, su ojo, su sexo, era resquebrajado mediante un primer plano aberrante en ’Un chien andalou’ (1929), mientras que en ’Él’ (1953), el actor masculino, trasunto de la mirada del cineasta, no puede más que enloquecer por no poder poseer del todo el cuerpo del otro, que, en un arranque de enajenación, tratará de mutilar (el sexo) para conservarlo sin llegar, no obstante, a consumar esa agresión.

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