'No todo es vigilia'
No todo es vigilia (4/5 estrellas)
Filmar la extinción de una lumbre –de un fuego, pero también de un relato, de una vida- con mano maestra y sin caer en artificios de luces, escenas de violines y melodrama es algo reservado a muy pocos. Me viene a la cabeza la última secuencia de Two Years at Sea (Ben Rivers, 2011) y una de los tramos centrales de este No todo es vigilia, el segundo documental de Hermés Paralluelo y en el que se muestran los días de una pareja de ancianos, Felisa y Antonio, los abuelos del cineasta, en el crepúsculo de sus existencias. Ella está inquieta porque su marido pidió plaza para una residencia y quiere volver a su casa en Muniesa (Teruel), y así se lo reprocha en la secuencia de apertura del largometraje, y esa amenaza ante la pérdida de autonomía les atravesará como el mayor de los peligros. Sobre sus cuerpos arrugados también se proyectan los surcos de la historia de nuestro país y las ilusiones de todo aquello que ha quedado atrás, pero sin altanerías, más bien como sugerentes trazos. No todo es vigilia, de hecho, es un trabajo que ahonda en las impresiones, en los sonidos y en las imágenes para construir un retrato que busca conocer a una generación de la que sólo podemos atrapar sus huellas.
Crítica aparecida en La cartelera - Levante el 15 de mayo de 2015.
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