Sam Worthington: "Todos los actores tememos al desempleo" (II)
Tras el éxito de ’Avatar’ estrena ’Furia de Titanes’
Sam Worthington: "Todos los actores tememos al desempleo" (II)
Paula A. Ruiz (Londres) - Fotogramas - 23/03/2010 Valoración
"Para aceptar un papel soy muy instintivo. Necesito apasionarme por la historia."
Liam Neeson en ’Furia de Titanes’
Héroe a su pesar
En Hollywood ha pasado de cintas de ciencia-ficción a protagonizar, ahora, una película mitológica. ¿Qué le atrajo del proyecto de Furia de Titanes?
Primero me creí el proyecto. Y confiaba en el equipo. Además, se me ha dado la posibilidad de trabajar a fondo el personaje, de transformarlo, adaptarlo a mi manera de concebirlo, siendo fiel a la historia, pero sabiendo que podía hacerlo evolucionar.
¿En qué se diferencia su Perseo del que interpretó Harry Hamlin en la película original de 1981?
Es más complejo. Furia de Titanes es una película de acción, pero a veces llega a ser un drama muy intenso. La veo como una historia sobre venganza y justicia. Perseo es el chico de oro de los dioses, pero crece de modo salvaje, tras ser abandonado en una barca por los caprichos divinos. Al principio no sabe de su naturaleza y, cuando comienza a intuir que es a la vez un hombre y un dios, se siente atormentado. Rehúye su condición. Esa es una de las grandes diferencias con la primera película, en la que acepta los regalos de los dioses: el casco, el escudo, la espada... acepta esa parte de ser un dios sin cuestionarlo, y finalmente, su misión le conduce a ese estado sobrehumano. El Perseo que yo interpreto, sin embargo, quiere concluir su misión como un humano. Definitivamente, no quiere ser un dios.
¿Han sido más duras las escenas de acción que en Avatar?
Soy australiano, llevo la acción en la sangre (risas). Con Avatar y Terminator Salvation ya me acostumbré a tener que filmar delante de una pantalla verde. El rodaje, a pesar de eso, ha resultado duro, pero, por suerte, tenía la fantástica ayuda de entrenadores y dobles. Aunque en la película he intentado hacer casi todas las escenas de acción, sin recurrir a la ayuda de un doble. La verdad es que he mejorado mucho mi habilidad con la espada. Ha sido un rodaje especialmente físico. Jim Cameron trataba de que no se notara la distancia que provoca la pantalla verde y aquí, pese a que es también una cinta de efectos especiales, es también un trabajo muy orgánico.
¿Mantiene relación con Cameron?
Jim es un director y un tipo muy abierto. Pasamos 14 meses rodando, y más meses aún con la promoción de la película. La verdad es que tenemos una relación muy constructiva. Le veo como un amigo, no solo por lo que ha hecho por mí.
El valor del instinto
¿Cuál es su baremo a la hora de aceptar uno u otro papel?
Para aceptar un personaje acostumbro a ser muy instintivo. Necesito sentir cierto magnetismo con el equipo de rodaje, ya que vamos a pasar meses trabajando juntos, pero, sobre todo, tengo que apasionarme por la historia.
¿Cambiaría alguna de las decisiones que ha tomado?
¿Está bromeando? ¡Estar en Hollywood es una de las mejores cosas que me han pasado! Me gusta probar diferentes roles: esa es nuestra misión como actores. Hacer creíble cualquier historia, sea cual sea la circunstancia. La única diferencia entre las pequeñas producciones y las grandes es el tamaño: cuando hay más presupuesto, el set de rodaje se hace más grande, y las explosiones son más y más contundentes.
¿Ha pensado en regresar a Australia?
¡Por supuesto! Volver a mi país para rodar es una de mis metas para el futuro. Tengo la suerte de poder estar trabajando en Hollywood y de aprender de esta industria, con lo que espero poder invertir este conocimiento en la industria cinematográfica de Australia.
Primera parte de la entrevista aquí.
Originalmente publicado en Fotogramas.
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