nuevos formatos

Los menús de los restaurantes no cambian a no ser que el local comience a flojear. Está claro que en la prensa patria hay un movimiento sísmico extra-ordinario ¡Se tiran de los pelos y se rasgan las vestiduras! No sé si a Milton Glasser le haría especial gracia observar cómo su diseño de redondas clásicas inspiradas en el decano The Times se ha acabado emparentando con el populismo tendencioso que derrocha el nuevo diario de Jaume Roures, Público. Su director, Ignacio Escolar, afirmaba aquí que el amarillismo quedaba al margen y eso es algo que con siete números ha quedado del todo desmentido. En cualquier caso, la tipografía es similar en ambas publicaciones y mucho tiene que ver en ello el estudio de Toni Cases, que está haciendo mucho daño a las diferencias de estilo. Mientras, por ahí se preguntan que ha sido del mítico Carlos Pérez de Rozas... El fruto de la desorientación de la sacrosanta casa La Vanguardia queda también palpable en su contraportada (¡qué ha pasado con La Contra, por Dios!!), amén de en su cabecera: un sumario gris de portada bajo una excelso rectángulo azul oscuro nos recuerda demasiado a la que esgrime, ejem ejem, ¡La Razón! Suma y sigue. No me extraña que El País esté retrasando su nuevo diseño... Guttenberg, muy a nuestro pesar, está en horas bajas. y si no, que se lo digan a los directivos de la cinematográfica Premiere y de la otrora maestra en el arte del montaje News of the World.