Die Angelegenheit der Fahrräder
Los buenos tiempos en que la policía te ayudaba a rescatar tu gatito o arreglar la rueda de tu bici rota han llegado a su fin. Por lo menos en Barcelona. La semana pasada el equipo de gobierno del Ayuntamiento, formado por también un tripartito de izquierdas y, ejem, ecologista, decidió aprobar la nueva ordenanza municipal de movilidad. Como se pueden imaginar, cualquier cosa que empiece por ordenanza suena mal, muy mal, y con razón. Así, la nueva normativa prevé multones de vértigo para las ...tachán, tachán,... ¡¡¡bicicletas!!! Ahí va un ligero avance de las sanciones: unos 450 ecus por candarla a semáforos, bancos, y las farolas del Paseo de gràcia, aunque no el resto, a sabiendas que no se han construido apenas aparcamientos de bicis; la misma cantidad por conducir de manera irregular y por los carriles no adecuados para tal fin (teniendo en cuenta que los carriles bici de la ciudad son irrisorios); y unos 1.800 eurekas por atropellar a un peatón (yo sí, pienso arriesgar mi vida desde ya). La causa de esta draconiana medida es clara, y ha sufrido de la misma dinámica que como sucedió con el exceso de motocicletas. Que si tanto promocionar la bici, que si Fòrum-bici, que si Clos en bici, que si bicicletada nudista, pues en fin, que se les ha escapado de las manos. En Barcelona todo quisqui tiene una: desde las horterísimas bicicletas plegables que regalaba La Vanguardia a través dle sistema de cupones, a las mountainbikes como la mía, aún más horteras, o las clásicas modelo amsterdam, las deseadas por los bajos sustratos ciclistas. Por mucho boicot del intervencionismo gubernamental, no se puede nagar que el mercado ciclista se encuentra en expansión y con un crecimiento exponencial que asusta incluso a los propios holandeses.
También a pequeña escala el complot contra las bicis es desde hace tiempo palpable. A los clásicos robos de piezas tan insulsas pero necesarias como los manguitos del manillar, se le une el sabotaje de la comunidad de vecinos cabreados porque la has dejado en el rellano de la portería. He visto las bicis aparcadas en mi edificio de mil maneras, siempre apretujadas e incluso en diagonal, siguiendo la dirección de las escaleras y también apretadas. Esta mañana me he encontrado con una que parecía que levitara, candada al pasamanos de la escalera y levantada en paralelo unos tres metros de la línea del suelo. No es broma.
12 comentarios
mer -
Juan -
P -
Pussy Galore -
el amigo de las tormentas -
Jules Uijttewaal -
Saludos
Anónimo -
Me -
paula -
pez -
que la bici levitara ha sido obra mia, en señal de protesta debido al enfado supino que tenia ante la imposibilidad de sacar mi bici. la proxima vez la quemo. habra que realizar pesquisas para averiguar de una vez por todas quien es el infame propietario.
por cierto, ha aparecido otra bici. esta sin candar.
P -
Plataforma Tripartito al Paredón (PTP Me) -