crónica
Ayer fuimos al concierto de Micah P. Hinson. Entre cerveza y cigarrillo a hurtadillas, sonaron parte de las canciones de su último álbum y parte de The Gospel of Progress. Ninguna de The Baby and the Satelite. Le tuvieron que decir que debía acabar de tocar porque la sesión del Nitsa estaba al caer. La primera canción fue Close your Eyes y la última Patience. Rodrigo Fresán bailaba solo en un Apolo a medio llenar. Algunas canciones me hicieron estremecer, aunque esperaba que el concierto fuera más ruidoso tal y como me advirtió horas antes. En la habitación del hotel, Nacho le hizo unas fotos muy bonitas: la luz naranja del atardecer le daba en la cara. Llevaba debajo de la camisa una camiseta de Love.Igual que Arthur Lee, nació en Memphis. Fumó sin parar y estuvo hablando por los codos. En el interior de una cápsula de hierbas medicinales guardaba la marihuana. Nos sorprendió el escondrijo. Estaba con una chica, Sylvia, a quien, más tarde en la actuación, le cantó un tema de Richard Hawley que decía Oh Sylvia, Oh Sylvia, y que he tratado de encontrar sin éxito. Me acordé que, buscando las letras de sus canciones por internet di con un sinfin de transcripciones hechas por Edurne en la página de Patricia, cosa que en su momento me hizo mucha gracia y me hizo recordar un asunto de Nacho Vegas. A todos nos gusto el concierto y aún más a Philipp y por eso le regalé el disco que había comprado esa tarde. Además, pude ver un poco, la última canción "Tell me when it's over", del de Smack Dab -el grupo de Steve Wynn y el productor Paco Loco- porque salí pronto del trabajo. Cayó otro concierto de regalo, el de los Drones, ya a la una, pero nos dio bastante igual. Tomamos unos cocktails de jengibre, pepino, vodka y ginger ale que eran bastante resultones y que nos preparó Sonia. El último gin tonic, sin embargo, nos mató.
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paula -
patri -