sol y sombra
Me gusta cuando abro los ojos y el gato aún tiene las hileras de sus párpados en forma de arco. Me levanto, y él todavía tarda en salir del embrollo en el que se ha convertido bien dentro del edredón. Hay días en que se queda así toda la mañana, e incluso, parte de la tarde. Hoy me he detenido a observarle -medio enferma en casa, entrevista con El ChicoEspina, un recuerdo, y dos destinos: Almería y Australia, muy lejos el uno del otro-, y tras percatarse de mi presencia, nos hemos mirado varios segundos. Sin dudarlo, ha continuado con su interminable siesta, y su colmillo amenazante y vacilón casi rozaba la manta.
3 comentarios
ganso -
Que recuerdos de almería,las negras,las calas, y ese cabo de gata, que gran sitio.
un abrazo tía y recupérate pronto.
grauler en pleno choque cultural -
flexo -
un abrazo