la cuestión
La cuestión va más allá de si el gato deja o no deja dormir. Evidentemente, el gato no deja dormir. Prueba de ello ha sido esta pasada noche. Nuestra relación se está consolidando como un tira y afloja marimandón para ver quién es el que aguanta más. En todo caso, eso daría para un post mucho más largo que el que pretendo.
La cuestión es que llevo desde el viernes con un ojo menos a causa de un pedazo de metal que se clavó justo al ladito de la pupila. Confieso que deseaba con toda mi alma que me pusieran un parche en el ojo, ya que pretendía emular el romanticismo de los piratas. Pero no, las imposturas para la ficción. El parche en el ojo es un coñazo porque tampoco deja dormir.
La cuestión, decía, es que no he podido ver estos días, pero aún y así he estado ojeando el correo a la espera de que me notifiquen la hora de una entrevista con el grupo de moda para la radio de moda, que finalmente no se hará porque no quieren hacer interviews. Precisamente, otra revista de moda realizó un reportaje para promocionar a la radio más in, en el que yo, para más vanagloria, fui seleccionada. Me hizo gracia el término porque nunca fui seleccionada ni para el equipo de basket de EGB. Ya in situ, nos pasaron un test y de las respuestas, la supuesta periodista C., tenía que construir un texto que nos enviaría para saber si nos parecía bien o mal. A mí me pareció mal y a ella no le gustó mi opinión. "Es sólo cuestión de enfoque por lo que os lo paso, el tema de redacción es mío y en ese sentido es mi estilo el que debe salir... Lo entiendes?"
La cuestión, pensé, es que no entendía porque me lo había enviado para saber mi opinión si finalmente no aceptaba ningún tipo de sugerencia.
Es tan sólo un ejemplo de la corrección política y estúpida de intentar hacer partícipes a los demás y luego imponer lo que te da la gana. La cuestión va más allá de mi situación personal. En el campo político está minado de ejemplos y todavía más en el sector de la educación, aparte de LOCES, LOES, LOGSES y demás. Actualmente, la consejera de Educación catalana, Marta Cid, quiere tirar adelante lo que ha bautizado como el Pacto Nacional por la Educación, una especie de acuerdo entre los agentes educativos para renovar, otra vez, el sistema catalán de educación. Cabe decir que ni a los sindicatos ni a las escuelas concertadas les parecen bien las iniciativas que propone. Pero la Cid es muy suya y ya ha advertido que, aunque no haya pacto, muchas de las medidas que en éste se incluyen se pondrán en marcha. La cuestión, entonces, es ¿para qué demonios lo llama pacto?
0 comentarios