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La Copa de Europa

verano

Al llegar a casa tan sólo quedaban estrellas y corazones de papel plateado esparcidos por la calle. Un toldo de claveles de plástico intentaba proteger el escenario del inmenso sol del mediodía. Los mayores tomaban el café en una improvisada mesa cubierta con un mantel de flores verdes y había algunos niños que correteaban de acera en acera lánzandose agua con sus pistolas de plástico.

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