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La Copa de Europa

Birdman

Birdman

Birdman (3/5 estrellas)  

A Alejandro G. Iñárritu la modestia siempre le ha quedado grande y ni una de las películas que conforman su filmografía está exenta de altanería. Tampoco la última, este Birdman que cuenta las derivas de un actor de Hollywood, conocido por haber encarnado a un gran superhéroe, en su apuesta por reconvertirse en actor de prestigio con una adaptación de Raymond Carver en Broadway, por mucho que el material con el que Iñárritu se vista sea precisamente la crítica al ego desmedido.

Ensamblada de manera notable mediante un falso plano secuencia que sigue las preparaciones y ensayos previos a la noche de estreno de la obra teatral, Birdman, como es habitual en el corpus del cineasta, vuelve a fijarse en un universo cerrado y, a la postre, autosuficiente, endogámico, protagonizado por los tiras y aflojas entre Riggan -Birdman (Michael Keaton), su productor (Zack Galifianakis), su hija (Emma Stone) y sus compañeros de reparto (Naomi Watts y Edward Norton). Hay escenas hilarantes, sobra decir que las interpretaciones son portentosas y la descripción sobre las neuras y fobias de quienes hacen de las bambalinas su existencia posee el suficiente tono ácido como para sorprender a todo aquel que le sea ajeno ese mundo. Son sólo, sin embargo, parte del artificio que Iñárritu despliega, como los fuegos artificiales apesadumbrados lanzados al aire en Babel (2006) o Biutiful (2010).

Mucha pirotecnia y no tanta verdad, así pues, encontramos en esta cinta que aspira a ser el Opening Night (John Cassavettes, 1977) del mexicano y que se queda en una tragicomedia sobre los sinsabores vitales de la caída en desgracia de un superhéroe. Como al malogrado protagonista, a Iñárritu sólo le queda el golpe de efecto plañidero para que creamos en su espíritu autoral. Al menos hay algo de honestidad en su rabieta.

Paula Arantzazu Ruiz

Crítica aparecida en La cartelera - Levante el 9 de enero de 2015.


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