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La Copa de Europa

"Cito, longe, tarde"

Debían ser las nueve menos algo, puede que la hora en punto en el húmedo interior de uno de los autobuses que cubren la Diagonal de Barcelona entre Paseo San Juan y Plaza Francesc Macià. Debían ser las nueve de una mañana de primavera que literalmente hacía aguas: la metereología no tenía clemencia y mi vida, como el tiempo, se iba a pique. Fue en esa mañana de naufragio personal cuando blanco sobre lomo amarillo un título me distrajo del chaparrón y me urgía a salir del charco: “Huye rápido, vete lejos”

 

“Cito, longe, tarde” es la locución que abrevia la advertencia “Cito, longe fugeas et tarde redeas" a la que se refiere el título de la cuarta novela de Fred Vargas con el comisario Jean-Baptiste Adamsberg como protagonista. “Huye rápido, vete lejos”: la primera de la serie que cayó en mis manos durante esa asquerosa primavera de 2010. Pienso que no ha de ser casual que la novela tenga como eje del enigma una epidemia de peste bubónica en el París contemporáneo porque, más al sur y pese a la descarga pluvial, el aire tenía entonces algo de encierro danés. De ciénaga.

 

El caso es que así de espeso se respiraba en el momento en que descubrí a Adamsberg y a Vargas. En París. Luego vendrían “El hombre de los círculos azules”, “La tercera virgen”, “Sin hogar ni lugar”, “Bajo el viento de Neptuno”, “Un lugar incierto” y etcétera. Luego vendría saber que tiene una hermana gemela, Joëlle, ambas hijas de Philippe Audion y que Vargas, Fred, es historiadora y arqueóloga medievalista. No son factores baladíes: todos suman en el conjunto de su verbo, ágil y erudito, entre la biblioteca y el callejón. También suman en un imaginario que, como buen relato contemporáneo, sabe incorporar al esqueleto del polar lo mejor de los otros géneros literarios, ya sea fantástico, novela histórica, folletín o aspiraciones románticas y tintes surrealistas.  Porque Vargas, como hija de su padre, se mueve por un universo nocturno, de caída, al que sólo pueden asomarse los valientes, los que quieren ver todo, ver con los ojos cerrados, de manera invertida, ver de lejos y en profundidad.

 

(TEXTO INACABADO)

 

CITO, LONGE, TARDE, por Karen Koltrane

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