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La Copa de Europa

odio

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No, no arde París sino su periferia. Allá donde los burgueses decidieron difuminar el movimiento proletario, en los márgenes ya no de la riqueza, sino de la oportunidad. Hace unos diez años que lo vimos acercarse en forma de ficción: "La Haine" la llamó Kassovitz, el odio, la rabia, la violencia. "Hasta aquí, tout va bien", se decían a sí mismos tratando de contener toda la impotencia oprimida entre los bloques de cemento y aluminosis. "Tout va bien".

Esta es la mañana de la noche del toque de queda y la ciudad de la luz es un estado de emergencia, de caos y de humo porque los desheredados se revelan, queman, destrozan el anillo marginal que los think tanks galos edificaron para verles aún más marginados. En el país de las grandes revoluciones, los que limpian los cristales de las paradas de autobuses y recogen la basura hoy no quieren ir a trabajar. 

3 comentarios

paula -

Y para coches que arden, ahí están los de SEAT, haciendo temblar la ciudad condal. PFFFF....

h/orquesta -

jodo...la cosa está que arde, sobre todo los coches.

marquinho -

Unos odio. Los otros, miedo y pánico.