Blogia
La Copa de Europa

eraikutzan por aniversario

eraikutzan por aniversario Era un domingo. Como el de ayer, pero con diferencias. Entonces, los diarios se veían por la pantalla y no se leían en la playa. Evidentemente hacía calor, pero el sofoco se esquivaba con un par de copas. Supongo que lo que corría en esos días por la sangre era más poderoso que los rayos de sol. Con todo, era un domingo. Sin lugar a dudas, un domingo de hastío, de persiana bajada, de tabaco y de sueño en la comisura de los labios. De abrir a las once para salir a las nueve. Al final, con el tiempo se vio que no era más, en realidad, que un día cualquiera. Como todos los días que ciñen el tiempo de la más mundana melancolía.

0 comentarios