the end
Ayer al coger el metro (vuelvo a ser peatona desde hace un mes, muy a mi pesar) me encontró una señora muy perdida que andaba buscando algún sitio donde pagar por dormir. Pretedía irse a Horta, allá por los confines de Barcelona, y al final acabé convenciéndola que dejase de lado esas ideas de bombero y que se fuera hacia el downtown, que allí, aunque no encontrara lugar en el primer hotel de turno, tendría más posibilidades de encontrar un segundo o un tercer o quinceavo turno donde resguardarse del alud de turistas nocheviejescos que rondan las ramblas. Entonces vino el metro y la dejé abandonada en el andén con sus maletas y su inglés de acento chino, y yo me fui con mi cedé portátil y mis ideas portátiles hacia mi vida portátil en mi confortable apartamento de sants. Clozer Musik como banda sonora y el recuerdo de un tsunami consumista en el centro de mi ciudad. Por lo demás, tenía pensado el clásico ranking del año, pequeñas frivolidades de mi frívola y ególatra vida, pero la simultaneidad de la desgracia del Índico me hizo cambiar de idea. Yo tengo casa y padres y hermanos con quien compartir mis experiencias, las normales e incluso, en algún momento de epifanía, las que parecen más brillantes. Por los más de cien mil muertos que han cerrado este año y por los no sé cuantos que lo inauguraron y los que se fueron en el ecuador del ciclo, se clausura un 2004 que para mí hace tiempo que terminó. El 2005 será el año de la revolución o no será.
4 comentarios
Mengele -
zyklon b -
era exactamente así -
Love, Wine, Music & Rrevolution -