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La Copa de Europa

el final

Un día fue mi amigo pero me dejó tirada en el viaje de vuelta a Barcelona. La andorrana lo sabe. El muy desaprensivo se marchó a la francesa, sin avisar. Pensamos entonces que se quedó por Donostia haciendo nuevos amigos con quién compartir pintxos, vasos de sidra y pasión por salir a la calle con el pijama puesto. Entonces, el doctor Bárdenas me envió un mensaje diciéndome que le había visto colgado por las paredes de un bar en Zaragoza donde suenan Los Planetas. Y fue, en ese justo momento, cuando me sentí totalmente fuera de su vida. Todo el verano con él, enseñándole los rincones de mi existencia estival, viajando por veredas anódinas e intensas, efímeras, vácuas, llenas de bandas sonoras que disfrutar en horizontal. Toso eso para nada.
El caso es que el tío se largó. Y hoy por fin he llegado a la conclusión que en el fondo es un embustero. Tanto pijamita y tanta tela de araña con la que vacilar pero al final te deja tirada en mitad del viaje. Los superhéroes son así. No puedes contar con ellos porque creen que deben salvar al mundo antes que a sus colegas.
Me propuse con el inicio de las clases de Periodismo de Investigación hacer una búsqueda EXHAUSTIVA de su pasado. Intenté seguir el método Quesada para dar con algún papel que verificara mis hipótesis, pero, en vez de ello, descubrí que soy una de las personas más perezosas del planeta. Da igual. Los superhéroes no suelen dejar rastro. Sólo un par de documentos gracias a la inestimable ayuda de Zero. Lo más importante, digo, es que en el fondo los superhéroes son una pandilla de volados. Se trasvisten, salen en pijama o en calzoncillos a la calle pensando que son la salvación de este apocalíptico mundo en el que vivimos y en realidad son un grupillo de descerebrados sectarios recién salidos del frenopático que hay en Carlos III, Les Corts. A ver, ¿alguno de vosotros se ha encontrado con Silver Surfer, con el Capitán América o con Supermán? Además, de ese que se hacía llamar Superman, todos sabemos que es lo que ha sido de él...
Yo era colega de Spiderman y en ninguno de los días que estuvimos juntos se dignó a trepar por los edificios. Tan sólo el doctor Bárdenas tuvo la ocasión de verlo colgado de las paredes una noche de octubre. Al honorable trepamuros. Aunque yo sigo creyendo que fueron los efectos del Ámbar.

Documento 1

Documento 2

El Punki, verdadero superhéroe donde los haya, corrobora 100% mis cafres teorías

5 comentarios

Punki -

Salud

Como aficionado a los cómics -y muy especialmente de Spiderman y la fabulosa serie que durante unos años se emitía en Antena 3- corroboro todas las teorías de mi tocaya. Desde luego, los superhéroes -menos yo, claro- son todos una panda de egocéntricos que se visten en pijama para parecer más interesantes. En fin, no podía dejar de dar mi soporte incondicional a esta teoría, y más cuando Paulita me ha involucrado en esta historia...

Amor y rabia

Chorche -

Otra vez, otra vez. Aqui estoy con el cierzo y con la Ambar. Disfrutando del aire serrano de la eurorregion tropical del Ebro. Besos irredentos.

Seginho -

Se te va...

arantza -

¿otra vez?

Chorche -

Documento 3, en camino.
Ambar, la cerveza que pone bien, hasta a Spiderman.
Me voy al Posturas a buscarlo.
Besos