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La Copa de Europa

luz

luz Me rodeó una burbuja, magnética e incandescente, y sólo podía ver cómo el polvo brillaba cuando era iluminado por los focos de color azul.

13 comentarios

Ramon -

"Unos respiraron hondo y otros disimularon...". Yo disimulaba, desde luego. Es un defecto que se me ha ido desarrollando, tristemente, en el último año y medio o así. But I will rise again!

Ramon -

arantza -

Hey! No es mía... Es la crítica que salía en El Periódico hoy.
Yo no sé escribir...

Ramon -

¿Por qué no firmas con tu nombre? Después de tantos adjetivos acertados...
Por cierto, la cara de Desirée y Freire cuando Merritt se sostenía a duras penas en los apoyabrazos de la butaca que tenían al lado era cachonda.
No estés triste, los otoños/inviernos ahora me parecen hasta dignos. El 2004 fue horrible, pero creo que 2005 será un buen año.. Vivir para ver.

Anónimo -

Lo que ocurrió a partir de entonces entra en la crónica de cada cual. Unos soñaron protagonizar aquellas canciones y otros se descubrieron en ellas. Unos sonrieron y otros lloraron. Unos respiraron hondo y otros disimularon. Stephin se protegía sus frágiles tímpanos de tantos aplausos. Claudia Gonson quitaba hierro a la circunspecta banda. El iluminador reforzaba con humor algunos versos. Y Merritt acabaría subido a una butaca de la platea invitándonos a corear Yeah! Oh, yeah!. Y poco más que añadir. Quien estuvo allí no lo olvidará jamás de los jamases.
Si la noche resultó completa e inolvidable también fue gracias a Astrud. Manolo Martínez cantó más relajado que nunca; más hacia el oído del público y menos hacia el techo. Y Genís Segarra reajustó los clásicos del dúo sobre minimales compases rítmicos grabados de una pandereta. Sí, siempre han sido únicos, pero nunca habían sonado tan precisos y expresivos. Nunca habían manejado su particular ingenio con tanta delicadeza y humanidad. Esta vez sí, extraordinarios

Anónimo -

La velada prometía ser inolvidable y cuando colgaron en la puerta el cartel de entradas agotadas más de uno asumió que iba a perderse algo inmenso. Que no le quepa duda: The Magnetic Fields ofreció ese concierto que todo fan ha soñado alguna vez escuchando sus discos. Esa noche en que el autor se acerca a tu ciudad para narrarte con voz grave las historias más bonitas jamás cantadas.
Piano, violonchelo, ukekele, guitarra española y banjo. La formación ideal para tocar en el cielo de los ateos y los discretos. Suficiente para reconstruir con exquisita elegancia las partituras más dispares, siempre que tengas la suerte de ser Stephin Merritt. A los 10 minutos, asestó la primera estocada con I don't really love you anymore, seguida de All the umbrellas in London: "Ni todos los paraguas de Londres podrían detener esta lluvia. Ni toda la droga de Nueva York podría parar este dolor. Ni todo el dinero de Tokio podría retenerme". Ni todos los discos de eMule podrían igualar el caudal de emociones precipitados, en imparable alianza, por sus agridulces versos y refinados arreglos.

Anónimo -

CRÍTICA // MÚSICA
THE MAGNETIC FIELDS, gracias por la música

• Memorable y exquisita puesta en escena de uno de los más bellos cancioneros del pop

NANDO CRUZ

ARTISTA The Magnetic Fields y Astrud
LOCAL Teatre de l'Aliança del Poble Nou
DÍA 23 de octubre

philipp -

Don't be sad, plis.

topo -

don't be sad, keep on smilin' :)

aran -

no el tenien... peró m'he comprat dos del magnetic fields que no tenia i el dvd de los planetas. la tristessa m'ha incitat a comprar...

topo -

està maco el CD d'Astrud?

Juan -

chapó

donna darko -

Mmm, me lo perdí. Con Future Bible Heroes mr Merritt me pareció un poco muermo...¿Estuvo bien esta vez?