Blogia
La Copa de Europa

La cartelera, otra semana más...

La cartelera, otra semana más... Visconti era el maestro original

TV-3 siempre quiso ser Luchino Visconti. Pero a Visconti nunca le habría gustado ser TV-3. Qué cosas más raras tiene la vida. Quiero decir que todos los directivos de la cultura catalana que accedieron a los cargos más altos de TV-3 se formaron claramente con el cine de Visconti. Desde La saga de los Rius hasta Nissaga de poder, en Catalunya no se ha hecho más que imitar sus dramas suntuosos.
No ha dejado de estar en la cabeza de guionistas como Benet i Jornet y toda su panda de ratones estreñidos de biblioteca el copiar a Visconti porque a todos ellos les fascina su elegancia, sus melodramas costumbristas y desasosegantes, siempre ambientados en el seno de la clase social alta. Pero me temo que a su lado no llegan a ser ni una colilla tirada en el parque de Sants.
¿Por qué? Porque Visconti era un italiano esteta que estaba lleno de vida, a diferencia de estos guionistas que parecen, literalmente, muertos de energía. Si Visconti se levantara de la tumba y viera la cara de quienes le imitan, le daría un ataque. A diferencia de ellos, Visconti siempre fue un afilado bisturí que se dedicó a rajar a la clase social alta, sacando lo bueno y lo malo, --por si no lo recuerdan, vayan a ver Ludwig--, mientras que aquí pensaban que todo eran pendientes de perlitas en las orejas y faldas de vuelo.
Visconti tampoco se cohibió para mostrar la homosexualidad, todo lo contrario de estos curas reprimidos; cuando tenía que tratar del sexo entre dos hombres, enseñaba el paquete de los actores sin cortarse. Y además, nadie sacó a las mujeres tan guapas como él.

Mario Torecillas

0 comentarios